Mis ojos te miran con deseo, mis pupilas dilatadas,
parecen piedras de ónix.
Tumbada en las sábanas de raso rojo sangre me sujetas las manos y me atas con un suave lazo, que inmoviliza mis muñecas.
Inmóvil mi única manera de tocarte es con mi boca con el roce de mis labios rojo carmesí , dejando huellas de mis besos en tu piel.
Selegna. Q

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